BRAZZAVILLE (Congo)

Mustafa ha ido a casa de su hermana para ver si ha ido a Kinshasa o no. Cogemos un taxi hasta Bakongo. La distancia es grande y se atraviesan zonas con modernos edificios y casas residenciales. En Bakongo cogemos otro taxi hasta los rápidos de Kintambou. El espectáculo es impresionante aunque se ve muy a lo lejos cómo el rio, que hasta aquí parece tranquilo y lleno de ¿jazmines? de pronto se precipita se precipita en olas gigantescas. Cruzamos el puente nuevo sobre el río Djoué que desemboca allí mismo sobre el rio Congo e intentamos acercarnos a los rápidos pero todo está lleno de diferentes brazos del rio que son imposibles de cruzar. Hay mucha gente pescando, unos con caña en la orilla, otros en pirogues y otros con el agua a la cintura tirando una red que recogen seguido para volverla a tirar.

 

Hacia los Rápidos

Unos de una pirogue nos pasan uno de los brazos y por fin estamos junto a los rápidos. Por las grandes rocas y las playitas por donde nos vamos acercando a los rápidos se ve la altura que el rio lleva en los meses de octubre a diciembre y que puede ser más de tres metros por encima del nivel actual.

Cuesta imaginarse hoy esta enormidad de agua que se abalanza cómo será la anchura por donde valmos convertida en un solo rio. En frente de donde estamos, a unos 50 metros, varias pirogues zaireñas pescan al borde mismo de los rápidos. Cuando volvemos con la pirogue grupos de jóvenes desnudos se lavan, bailan y se divierten en la orilla.

Vamos por Makele-kele hacia Bakongo y aquí ya no se habla lingala sino kikongo. Entramos en una oficina privada de teéfonos y sin problemas llamo a Madrid. Parece que todo el problema de ayer se debía a que la central telefónica había acaparado las lineas para ponerlas a disposición de toda la prensa internacional que sigue el viaje de Chirac. Toda la calle, a medida que entramos más en el barrio de Bakongo se llena de Boites con terrazas, con música zukus a tope. Roland me cuenta que ha hecho el examen de acceso a la Universidad y que quiere hacer medicina aunque también le gusta la electrónica. El problema, según él, es que si estudias medicina, después de 5 años de estudios tienes muchas posibilidades de ire al paro. En el Congo a

 

diferencia de Gabón, la Universidad es completamente independiente de Francia y son sus propios catedráticos quienes examinan.

Cogemos otro taxi de regreso a Poto-Poto hasta la casa de Roland donde saludamos a su hermano mayor y continuamos andando en busca de un rollo de fotografías. Pasamos por la discoteca Alem donde estuvimos ayer y por delante de una casa donde un grupo de unas 50 personas, sentadas al rededor del patio, los hombres por un lado y las mujeres por otro, velan a un difunto. Pasarán la noche y algunos dormirán aquí porque han venido de lejos. Por todas las callejuelas encuentro iglesias de todo tipo de religiones.

Cae la noche y en algún lugar cercano se oye al moecín recitar el Corán. Muchos comercios llevan también aquí, al igual que en Libreville nombre senegales como Diope, Touba, Mama Mafuz, etc. Roland me dice que hay mucho senegalés, maliano, togoleses y libaneses. Sin embargo, escasean las joyerías que tanto abundaban en Libreville. Según parece, aún en los tiempos de más dureza de régimen socialista nunca dejó de existir todo este mundillo de pequeños comercios en manos privadas.

Mientras escribo alguien toca la puerta y despues de preguntar quién es, una voz de mujer me dice "mon frere, etez vous ocupé?. "Oui, j´e suis ocupé".

Hoy también me he vuelto a pasar en el presupuesto y he gastado más del doble de lo que puedo así que después de cenar me voy directamente al hotel.

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